FIDEL PAEZ GARCIA
La llamada „Paz de Cien Años‟ por Polanyi durante el siglo XIX e inicios del siglo XX, fue algo que se mantuvo como una caldera a alta presión. El autor nos dice que esa paz fundamentalmente descanso en cuatro pilares: el sistema de equilibrio de poderes, el patrón oro internacional, el mercado autorregulador y el Estado liberal. Esto lo podemos transpolar a hoy día a inicios de este siglo XXI con una cohesión política mediante organismos internacionales (como la ONU), sin patrón oro internacional pero con el dólar como equivalente general del valor, con un neoliberalismo económico y político controlado por las grandes transnacionales y las potencias mundiales.
La puja de las potencias como Gran Bretaña, Francia, o la floreciente Alemania, por hacerse del control continental, los llevo a llevar a cabo alianzas para „equilibrar poderes‟ y no perder la posibilidad de lograr sus intereses. El patrón oro más allá de agilizar el mercado internacional, considero que fue estratégico para las potencias para poder ingresar y apoderarse de mercados locales de otros países sin tener problemas monetarios. Como bien dice el autor, lo del mercado autorregulador es algunas veces utópico, pues las economías de los países participes a nivel mundial en ese tiempo (y como hoy) divergían mucho y además tenían ritmos de crecimientos diferentes, lo que dificultaba el mutuo acuerdo entre los actores económicos de diferentes países.
Mencione que fue una paz con „alta presión‟, porque en todo el texto Polanyi nos dice que fue sostenida dado a los intereses primeramente políticos con fines económicos y territoriales, después más apegado a aspectos de índole financiero con la llamada haute finance. Fue poco más de un siglo donde los conductores de los hilos mundiales
principalmente europeos (como banqueros o políticos connotados), querían hacer la guerra pero en miniatura y sin grandes riesgos para obtener los beneficios buscados.
Los instrumentos „no económicos‟ meramente que ayudaron a mantener la paz, fueron la Santa Alianza y la Entente Europea. Fueron cómplices de las potencias en las pequeñas guerras con países insignificantes de los que podían obtener jugosos beneficios. Y esos acuerdos lo que buscaban mas allá de intereses nacionales era evitar una guerra entre grandes potencias, es decir, preservar el status quo.
Con esto puedo decir que en el periodo de 1825 a 1914 existió un equilibrio general en toda Europa y en su influencia mundial, tanto política, militar, social y económicamente. Un equilibrio de malabarista en cuerda floja que a inicios del siglo XX iba a resbalar, caer y estallar en la primer Gran Guerra.
Ese status quo internacional mantenido por 100 años se encontraba en un globo de aire que no soportaba más, y como nos dice el autor, se iba a reventar “…por innumerables motivos desde un lío amoroso dinástico…ó…El simple aumento de la riqueza y la población”1. Era sencillamente una bomba de tiempo. Como vimos en clase, la competencia por ser la primer potencia principalmente económicamente, guardaba gran recelo entre la élite política y acaudalada de todos los países, por lo que la paz era mantenida, como menciona el texto, por puro interés y la presión financiera. Este último punto como lo mencione, la haute finance (las altas finanzas), fue uno de los últimos sostenes del inminente conflicto mundial que estaba por presentarse. Como bien dice una frase „el dinero es la causa de todos los males‟, pues bien en este periodo histórico fue la causa primera de mantener la paz, a beneficio de banqueros, inversionistas y grandes capitalistas, porque preferían un fracaso financiero a perderlo todo con una Gran Guerra. Sin lugar a dudas, todo gobierno busca solvencia financiera para crecer internamente y expandirse, y considero que eso aventuro a los gobiernos de las potencias a seguir los intereses de esos acaudalados para disfrutar los mismos beneficios que ellos con una paz aunque ficticia. Se quería proteger el sistema económico al final de cuentas.
Poder e influencia política, ganancias y control de mercado, formula peligrosa que resulto en una paz insostenible en 1914. Se desquebrajo el equilibrio de poderes, el mercado autorregulador por momentos se sumió en crisis, el patrón oro desapareció, y sobre todo, las potencias que buscaban cumplir la „ley de los negocios‟ fracasaron muchas veces al chocar intereses entre ellas. La postura del gobierno francés de expulsar capitales alemanes de la Bolsa de París es ejemplo de ello.
Como conclusión, la organización económica mundial que sostuvo una „paz un poco ficticia‟, pues no dejaron de haber guerras aunque menores, estuvo sustentada por las potencias mundiales mediante acuerdos políticos, militares y un libre mercado, auspiciado por el patrón oro y a fines de esos 100 años por la haute finance, pero que al final cayo por las rencillas entre las mismas potencias ya que existía (y aun creo que existe), un recelo enorme por ser el país más rico y poderoso del orbe.
Bibliografía
Polanyi, Karl, La gran transformación, Ed. Claridad, Buenos Aires, 1992, Parte 1 La Paz de Cien Años, P.p. 17-35.
1 Polanyi, Karl, La gran transformación, Ed. Claridad, Buenos Aires, 1992, Parte 1 La Paz de Cien Años, Pág. 23.
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