HISTORIA ECONÓMICA GENERAL II.
DRA. MARÍA EUGENIA ROMERO IBARRA.
Presentación.
El siglo XX ha sido un siglo más turbulento que el XIX. Las dos guerras mundiales y la gran depresión son suficientes para justificar esta afirmación. Las décadas de los cincuenta y sesenta parecen relativamente estables, pero los acontecimientos más recientes nos remiten de nuevo a la inestabilidad y turbulencia que caracterizó este siglo en sus inicios.
La impronta liberal de la primera década se interrumpió violentamente por el estallido de la primera guerra mundial. Hasta aquel momento el desarrollo internacional y las relaciones políticas, habían soportado tensiones de naturaleza menor de vez en cuando, sin embargo, nunca habían estado seriamente expuestos a un traumatismo tan violento. Por desgracia, en su momento casi nadie se dio cuenta de la clase de guerra que estaba empezando, y menos aun sospecharon el impacto que iba a tener en las relaciones económicas. Los círculos políticos dirigentes pensaban que después del periodo de hostilidades sería posible continuar donde se habían dejado las cosas.
Sin embargo, tal cosa no sucedió aunque mucho se esforzaron en volver a la «normalidad». Probablemente este fue uno de los profundos errores de la primera década de la posguerra, no se tuvo claro que la exigencia de compensaciones de guerra y la posguerra ya habían roto el equilibrio anterior y el sistema económico ya se había resquebrajado. El daño económico había alcanzado a lo político y a lo social.
Ante el aparente auge de la posguerra creían poder resucitar el sistema prebélico. Pero tan pronto como la burbuja de la prosperidad estalló en 1929, la vulnerabilidad de la economía se hizo evidente. El edificio se vino abajo.
Los años de 1929 a 1932 vieron una de las peores depresiones de la historia. El estado de la ciencia económica en la época no estuvo en condiciones de aportar soluciones adecuadas. Las economías nacionales se aislaron, la única salida que vislumbraban era el regreso al proteccionismo. La recuperación que se produjo a partir de 1933, al menos en términos de generación de empleo, fue lenta y desigual. La brecha fue cerrada mas tarde por el rearme y el estallido de la segunda guerra.
Este conflicto tomó a Europa en un estado relati vamente más débil que en 1914, y emergió del mismo en 1945 en peor condición que en 1918. Por otra parte, tanto durante la gue rra como en la fase de reconstrucción de la posguerra se evitaron algunos de los errores y equivocaciones de la anterior experiencia. La inflación se contuvo mucho mas fácilmente entre 1939 y 1945. Los vencidos no fueron agobiados con exacciones irracionales que habían sido la causa de tanta amargura y disputas en los años veinte. Prevaleció la disponibilidad para cooperar internacionalmente en la reconstrucción venidera. Se ejecutaron planes económicos de ayuda para la reconstrucción de países enteros.
Durante las dos décadas siguientes el mundo observó mejores resultados en cuanto a progreso económico, tanto en el oeste como en el este de Europa. El oriente avanzó en la planificación, mientras el occidente consiguió importantes éxitos con un sistema de empresa mixta con grados diversos de libertad de mercado. Sin embargo, en ambos casos el Estado jugó un papel mucho más importante que anteriormente y ningún sistema se vio libre de problemas. Hubo fallos del pleno empleo; se produjeron fluctuaciones, aunque moderadas y tomaron la forma de ciclos de crecimiento; algunos países experimentaron problemas de balanza de pagos, mientras que los precios subieron continuamente aunque a tasas anuales fueron moderadas.
En los años sesenta parecía que Europa había entrado en una fase de prosperidad perpetua, semejante a la que los norteamericanos habían imaginado en los años veinte. No pasó mucho tiempo antes de que la ilusión saltara en pedazos. En 1973-1974 la tendencia del crecimiento se había invertido, el ciclo de los negocios había reaparecido y la mayoría de los gobiernos occidentales estaban experimentando la inflación a una tasa más alta que en cualquier momento del ultimo medio siglo. Así fue el siglo que acaba de terminar y algunas de estas tendencias continúan.
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