CAPÍTULO I: LA PAZ DE CIEN AÑOS
Díaz Martínez Mara Jarif
La paz mundial, es un término un poco tramposo porque tendríamos que
establecer qué es lo que el mundo necesita hacer para vivir en paz, o qué papel juega
cada país para propiciar la paz mundial. Las actividades de un país pequeño no van a
tener el mismo impacto que la dinámica de alguna potencia europea; además
tendríamos que definir si el no estar en guerra significa que tenemos paz.
Al principio cuando la lectura plantea las bases institucionales de la civilización
del siglo XIX se podría pensar que el problema de su decadencia se estructura en la
organización e interrelación del sistema de equilibrio, del oro, el mercado
autorregulador y el estado liberal; sin embargo, estás instituciones no determinan el
rumbo del siglo XIX porque los cambios en las relaciones internacionales empezaron a
tener cambios bruscos, tanto en el papel económico como en el social; y con el
término bruscos, me refiero a qué eran inestables y repentinos, creo que esa es la
razón por la que ese tiempo es dividido en periodos de “un cuarto de siglo”, ya que
aunque lo mencionen como un periodo tan extenso de 100 años de paz, es necesario
analizarlo por partes porque no fue tiempo estático.
El concepto de guerra, es una de las primeras cosas que cambia su papel en la
dinámica del siglo, porque antes, cuando hablamos de las guerras en las Cruzadas por
ejemplo, se estaba consiente de las ventajas y desventajas que implicaba gastar en
guerras sin embargo, ese no era el punto principal en ese momento, pero en la nueva
civilización del siglo XIX no sólo se esta consiente del aspecto económico sino que
ahora lo relacionan hasta con el patriotismo. Pienso tenían una razón para evitar las
guerras, y aunque el argumento era buscar la paz entre las naciones, después de las
dos grandes revoluciones, ya no era conveniente para la economía de las grandes
potencias, hacer guerras.
Con esto quiero llegar dos puntos importantes. Primero, el papel de las grandes
potencias. Cuando en la lectura se menciona que las constituciones se manipulaban
para salvaguardar la paz y que había un equilibrio de poderes, pienso en el dicho
popular que dice: “El valiente vive hasta que el cobarde quiere” porque el equilibrio de
poderes para mí representa la sumisión de las naciones pequeñas ante la voluntad de
los países potencia; había paz porque no se revelaban ya que los europeos podían
hacer lo que querían con África y nadie podría detenerlos, y así con otras regiones.
Además, si entre grandes potencias no se iniciaron daño es porque todos sufrieron, en
mayor o menor medida, un cambio interno al dejar de lado totalmente los imperios
que habían vivido para darle la cara a las nuevas demandas que generó la revolución
industrial y todas las actividades económicas que trajo consigo.
En segundo lugar, considero que el punto medular del siglo XIX es la relación Paz-
Economía. Llega un momento en la lectura, en la que estamos hablando de tres
actores principales: la Santa Alianza, la Entente Europea y la haute finance, realmente
el aspecto económico y en este caso el de la banca internacional y el financiamiento
que había dirigía las actividades de la segunda mitad del siglo. Me gustó mucho
cuando en la lectura se hace referencia a los banqueros como la unión entre el
gobierno político y el esfuerzo industrial, que no son pacifistas y no se dejan
impresionar `por consideraciones morales. Este organismo financiero, hizo y deshizo
con los prestamos que otorgaba y con el financiamiento que ofrecía, porque durante
los cien años de paz hubieron muchos “pequeños” problemas con revoluciones
internas y alguien tenia que pagar los gatos para sosegarlas. El motivo de existencia
de la haute financ, no fue la paz sino la ganancia, la diplomacia sólo fue un
instrumento útil, si había un interés comercial de por medio.
Para el sistema monetario que se estableció en ese tiempo, se necesitaba cierto
orden, la paz ideal para poder llevarse a cabo de una mejor manera y de la forma en
que le convenía a las grandes potencias, pero las guerras y los pequeños conflictos se
acumularon poco a poco, de tal suerte que al final de cuentas un factor particular, el
carácter de un solo individuo como Bismarck o los problemas de rencores entre
particulares aristócratas generó conflictos mundiales, cuando el tercer protagonista
pierde el poder de controlar a los otros dos.
BIBLIOGRAFÍA
• Polanyi, Karl, La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de
nuestro tiempo, México, FCE, 1992.
Díaz Martínez Mara Jarif
La paz mundial, es un término un poco tramposo porque tendríamos que
establecer qué es lo que el mundo necesita hacer para vivir en paz, o qué papel juega
cada país para propiciar la paz mundial. Las actividades de un país pequeño no van a
tener el mismo impacto que la dinámica de alguna potencia europea; además
tendríamos que definir si el no estar en guerra significa que tenemos paz.
Al principio cuando la lectura plantea las bases institucionales de la civilización
del siglo XIX se podría pensar que el problema de su decadencia se estructura en la
organización e interrelación del sistema de equilibrio, del oro, el mercado
autorregulador y el estado liberal; sin embargo, estás instituciones no determinan el
rumbo del siglo XIX porque los cambios en las relaciones internacionales empezaron a
tener cambios bruscos, tanto en el papel económico como en el social; y con el
término bruscos, me refiero a qué eran inestables y repentinos, creo que esa es la
razón por la que ese tiempo es dividido en periodos de “un cuarto de siglo”, ya que
aunque lo mencionen como un periodo tan extenso de 100 años de paz, es necesario
analizarlo por partes porque no fue tiempo estático.
El concepto de guerra, es una de las primeras cosas que cambia su papel en la
dinámica del siglo, porque antes, cuando hablamos de las guerras en las Cruzadas por
ejemplo, se estaba consiente de las ventajas y desventajas que implicaba gastar en
guerras sin embargo, ese no era el punto principal en ese momento, pero en la nueva
civilización del siglo XIX no sólo se esta consiente del aspecto económico sino que
ahora lo relacionan hasta con el patriotismo. Pienso tenían una razón para evitar las
guerras, y aunque el argumento era buscar la paz entre las naciones, después de las
dos grandes revoluciones, ya no era conveniente para la economía de las grandes
potencias, hacer guerras.
Con esto quiero llegar dos puntos importantes. Primero, el papel de las grandes
potencias. Cuando en la lectura se menciona que las constituciones se manipulaban
para salvaguardar la paz y que había un equilibrio de poderes, pienso en el dicho
popular que dice: “El valiente vive hasta que el cobarde quiere” porque el equilibrio de
poderes para mí representa la sumisión de las naciones pequeñas ante la voluntad de
los países potencia; había paz porque no se revelaban ya que los europeos podían
hacer lo que querían con África y nadie podría detenerlos, y así con otras regiones.
Además, si entre grandes potencias no se iniciaron daño es porque todos sufrieron, en
mayor o menor medida, un cambio interno al dejar de lado totalmente los imperios
que habían vivido para darle la cara a las nuevas demandas que generó la revolución
industrial y todas las actividades económicas que trajo consigo.
En segundo lugar, considero que el punto medular del siglo XIX es la relación Paz-
Economía. Llega un momento en la lectura, en la que estamos hablando de tres
actores principales: la Santa Alianza, la Entente Europea y la haute finance, realmente
el aspecto económico y en este caso el de la banca internacional y el financiamiento
que había dirigía las actividades de la segunda mitad del siglo. Me gustó mucho
cuando en la lectura se hace referencia a los banqueros como la unión entre el
gobierno político y el esfuerzo industrial, que no son pacifistas y no se dejan
impresionar `por consideraciones morales. Este organismo financiero, hizo y deshizo
con los prestamos que otorgaba y con el financiamiento que ofrecía, porque durante
los cien años de paz hubieron muchos “pequeños” problemas con revoluciones
internas y alguien tenia que pagar los gatos para sosegarlas. El motivo de existencia
de la haute financ, no fue la paz sino la ganancia, la diplomacia sólo fue un
instrumento útil, si había un interés comercial de por medio.
Para el sistema monetario que se estableció en ese tiempo, se necesitaba cierto
orden, la paz ideal para poder llevarse a cabo de una mejor manera y de la forma en
que le convenía a las grandes potencias, pero las guerras y los pequeños conflictos se
acumularon poco a poco, de tal suerte que al final de cuentas un factor particular, el
carácter de un solo individuo como Bismarck o los problemas de rencores entre
particulares aristócratas generó conflictos mundiales, cuando el tercer protagonista
pierde el poder de controlar a los otros dos.
BIBLIOGRAFÍA
• Polanyi, Karl, La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de
nuestro tiempo, México, FCE, 1992.
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